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Capítulo 335 Muerde la oreja

Sybil estaba en un estado de extrema ansiedad. Se escondió en el baño de hombres, y como nadie la siguió, estaba temporalmente a salvo.

Pero no se atrevía a salir corriendo. Sybil seguía intentando hacer llamadas y enviar mensajes, pero nada funcionaba, ya que no había señal.

Levantó su teléfono, tr...