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Capítulo 87 Fiorello se venga

Con una mano temblorosa, Quixote se secó las lágrimas, apretando fuertemente la mano de David. —David, mi querido nieto —murmuró, con la voz ahogada por la emoción. Una escena similar se reflejaba en los ojos de Lily, su propio corazón retorciéndose dolorosamente. David siempre había ocupado un luga...