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Capítulo 402 No te detengas, sigue adelante

Los largos dedos de Christian se aferraron a su delicada mandíbula, obligándola a levantar el mentón y el cuello en un ángulo incómodo, casi arrancándole la cabeza. —Aquí, eres más inteligente que ellos, por supuesto, te lo daré.

Amelia luchaba por respirar, su cuello y mandíbula dolían, pero su ro...