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Capítulo 43 Mateo, gracias

Los tres secuestradores habían comprado un coche lleno de comida y suministros para su escape. Después de estacionar el coche, abrieron la puerta de golpe.

—¡Maldita sea! ¡Michael, los niños se han ido! —el hombre tatuado se hizo a un lado justo cuando otros dos hombres entraban, mirando hacia la v...