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74 - «Bueno, puedes sufrir».

—¡No! —exclamó ella, con los ojos llenos de ira dirigida hacia él—. No, no me toques. No quiero que me toques en absoluto. No dejaré que las manos de mi supuesto asesino me den placer.

Una expresión de dolor apareció en su rostro por un momento, pero ella se negó a creer que él estuviera herido en ...