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55 - ¡No hay paz en este reino!

—¿Necesito morderte yo misma o—?

Su mano se deslizó alrededor de su cuello, haciendo que sus palabras se desvanecieran mientras las chispas se desataban en sus venas. Su boca quedó abierta de asombro, y él se inclinó mientras sus ojos se oscurecían. Se cortó una parte del labio inferior con un colm...