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Treinta y dos

Me recuesto contra Tobias, su mano en mis pechos, jugueteando mientras mis pezones se endurecen bajo su toque. Theo saca su dedo de mí. Siento la humedad de mis jugos en ellos mientras desliza otro dentro, curvando sus dedos hacia arriba y frotando mi punto G. Gimo fuerte y escucho a Theo reírse de...