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Sesenta y tres

Ninguna cantidad de súplicas me haría perdonarlos esta vez; quería la verdad. Pero incluso entonces, ¿sería la verdad viniendo de ellos o solo otra mentira, otra excusa? Todos nos sentamos incómodamente en la mesa del comedor comiendo. Los ojos de Tobias y Theo nunca se apartaban de mí. Cuando Carol...