Read with BonusRead with Bonus

Cincuenta y ocho

Los siguientes días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Ya era miércoles, y Tobias y Theo estaban estresados por un documento que se suponía debía llegar a la casa y nunca lo hizo. Sentada en la cama, me estiré, solo para darme cuenta de que Theo y Tobias ya no estaban en la cama. Podía escuchar l...