Read with BonusRead with Bonus

Treinta y cinco

Mirando la hora, ya casi era momento de terminar. Estaba agotada y, por una vez, realmente emocionada de ir a casa, a mi prisión. Necesitaba dormir. Estaba mental y físicamente exhausta, y mi cerebro se sentía como papilla de tanto mirar pantallas todo el día. Cuando ya casi era hora de salir, apagu...