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2. La cena: ¿Volviste para recibir otra paliza, vagina?

Eve se envolvió en la bata esponjosa que Eros le había regalado. Él seguía insistiendo en que se veía adorable, pero Eve pensaba que parecía una bola de lana. Abrió la puerta del patio trasero y gritó a su hija:

—¡Ally, entra, por favor!

Sabía que tomaría un tiempo hasta que Ally reconociera su e...