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7. Mía para tocar, mía para complacer.

Eve frunció los labios, mirando a la chica en el espejo. Las ojeras bajo sus ojos hacían que el vibrante color verde bosque de sus pupilas resaltara. Aunque se había vuelto apática, más cansada y ligeramente deprimida en los últimos días,

Eve tenía que encontrar algo positivo en su vida para mirar ...