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/Libro 3: capítulo 97

Cada líder estaba equidistante, mientras sus esposas estaban en medio de la distancia entre ellos. Nuestras manos estaban extendidas, con el Pozo en el centro, revoloteando sobre nosotros, con Gulteer en el suelo directamente debajo.

—Yo ato la contaminación de este planeta al Pozo —gritó Gulteer, g...