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Capítulo 200

—Después de todo, soy tu esposo legítimo —dijo con su voz grave y profunda, mirándome directamente a los ojos. Movió su rostro y rozó la punta de su nariz en la columna de mi cuello, provocando que se me erizara la piel. Su aliento cálido acariciaba mi piel, haciéndome cosquillas. Mi respiración se ...