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El príncipe desconsolado

< Aero >

—Acordamos que no habría chicas aquí —gritó mi yo de doce años con decepción cuando vi a mis amigos de toda la vida, Adamar y Adaen, acercarse con una diminuta criatura a cuestas. Un renacuajo. Tan fácil de aplastar, tan frágil. Vestía un vestido blanco hasta los tobillos y llevaba el pelo...