




Capítulo 3
KAT POV
No puedo creer que Izzy esté aquí. La he extrañado tanto en los últimos dos años. Ella quería viajar. ¿Quién podría culparla? Ha pasado por tanto en los últimos diez años.
Sabía que la lavanda y la salvia en su habitación la dejarían a ella y a Puna profundamente dormidas. Necesito que descanse, pero también que esté segura.
Él ha estado afuera, acechando en las sombras, observando su regreso a casa.
Salgo por la puerta y la cierro con llave. Sé que él sigue mirando. Quiere verla. Pero ella lo odia tanto por haberla dejado y por lo que le hizo a su madre. Camino por el camino de entrada y lo noto parado a mi derecha.
—Se parece mucho a Lucy —dice él.
Lo miro y le doy una mirada sombría. Aunque es el padre de Izzy, lo que hizo fue imperdonable. Tampoco me gusta después de toda la mierda por la que hizo pasar a mi hermana. —No deberías estar aquí, ella no quiere verte —digo—. Por cierto, conoció a tu hijo y él pidió venir a la fiesta esta noche, pero ella se negó rotundamente —le gruño.
—Lo escuché, definitivamente sigue a Lucy con su fiereza —dice él.
—Deja de decir el nombre de mi hermana, no tienes derecho a decirlo —le gruño y camino alrededor de él.
Él parece herido. —Kat, por favor, ¿sabes lo que pasó? —dice con culpa en su voz—. No tuve elección en el asunto.
Rápidamente me doy la vuelta para quedar cara a cara frente a él, gruño, mi pantera va a destrozarlo si no se calla. —Tienes mucho valor para decir eso. No me sorprendería si Izzy sabe más sobre lo que pasó —digo—. Además, necesitas alejarte, ella realmente te odia, bueno, más bien te detesta. En cuanto a tu HIJO, ella no lo conoce ni a esa hija tuya, así que si fuera tú, mantendría a ambos alejados de ella por ahora.
Él me mira con una expresión vacía. —Kat, por favor, quiero conocer a mi hija —dice.
—Graham —digo con disgusto en mi voz, como si su nombre fuera veneno—, aléjate, te lo advierto ahora. Tú, esa compañera tuya, tus hijos y también ese viejo Alfa que elegiste sobre tu familia, mejor déjenla en paz o podrías sorprenderte de lo que ella puede hacer. Ha pasado por más de lo que cualquiera de ustedes sabe —digo, dándome cuenta de que he dicho demasiado.
—¿Qué quieres decir? ¿Por qué ha pasado? —dice, su rostro mostrando sorpresa, pero rápidamente se recupera. Ni loca le cuento, esa no es mi historia para contar.
Me doy la vuelta y camino, el café está a la vuelta de la esquina de la casa donde vivo.
—Kat, dime, por favor —grita y sigue siguiéndome. Abro la puerta del café, es hora de cerrar. Bueno, estamos cerrando temprano ya que todos vamos a la ceremonia.
Alice, parada detrás del mostrador, tiene una sonrisa en su rostro cuando entro, pero pronto desaparece cuando ve a Graham. Ella también lo odia.
—Kat —dice él—, no puedes ocultarme esas cosas. Ella es mi hija.
He tenido suficiente de este imbécil. No se preocupó por Izzy en los últimos diez años. Solo estoy viviendo aquí de nuevo porque tengo que hacerlo, por Alice.
Me doy la vuelta y quedo cara a cara con él.
—Escucha bien, pedazo de mierda, nunca has estado en su vida. No tengo que decirte nada. Nunca volviste por ella, ni siquiera cuando te envié mensajes. No eres y nunca serás su padre —digo con un siseo—. Tuve que criarla a ella y a Alice sola, sin ningún apoyo de tu parte. Si quieres conocer a Izzy, entra aquí y habla con ella o mejor aún, espera hasta que ella quiera hablar contigo, lo cual te puedo asegurar que será nunca.
Puedo sentir su vergüenza emanando de él, pero antes de que pueda decirle más, su hijo Dale entra con el nuevo Alfa, Blake.
Ambos nos miran, Dale dándose cuenta de la tensión y probablemente de la situación que tiene delante. —Papá, ¿qué haces aquí? —pregunta, mirando entre su padre y yo.
Su padre se recupera y aprieta los labios en una línea dura en su rostro.
—Kat, ¿qué significa esto? —dice el joven Alfa.
Los miro a todos, estúpidos lobos.
—Solo le estaba diciendo a este imbécil a dónde ir y que no vuelva —dice Alice mientras se pone a mi lado.
Se escucha un gruñido fuerte. —No muestres falta de respeto frente a mí, gata, te mataré —dice entre dientes.
Alice deja escapar un gruñido. —Podrás ser Alfa. Podré ser parte de la manada, pero no le pedirás a mi madre nada que no te concierna —dice.
No quiero que se meta en problemas, pero miro a Blake. —Le estoy pidiendo a Graham que se vaya, no es el mejor momento para estar aquí, especialmente ahora —digo.
Graham y Dale están parados en lados opuestos a Blake, pero tengo una cosa más que decir. —Aquí están los pasteles para la ceremonia, váyanse ahora —digo entre dientes—. Y Alfa, si vuelves a hablarle así a mi hija, verás lo que una gata puede hacer.
Él me mira atónito por un momento. Nunca dejo que mi ira se desborde tanto y él me conoce desde antes de que se fuera a entrenar a las manadas.
—Kat, pronto seré el nuevo Alfa, por favor —dice.
Miro a Graham y a Dale. —Ustedes dos no entrarán aquí cuando Izzy esté aquí, ¿me oyen? —digo, pero no puedo evitar el fuerte gruñido que mi pantera deja escapar—. Lo digo en serio, les arrancaré un nuevo trasero si entran aquí y causan problemas. Ella no quiere saber nada de ustedes.
—No puedes impedirme ver a mi hija —dice Graham.
Pero la campana de la puerta del café suena, sé quién es, su aroma llena el café.
Graham se tensa.
Oh, mierda, ella no está contenta.