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Lo intentaron.

Luchando por abrir los ojos, escuchó un siseo salir de sus labios secos.

No registró cómo reaccionó a la intensa luz que le picaba en los ojos, pero otros sí lo hicieron.

No estaba sola; había al menos dos personas más en la habitación, pero una se fue casi instantáneamente, cerrando la puerta con...