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No puedo creer que estés despierto.

Despertado por un sonido fuerte, algo entre el vidrio rompiéndose y la madera quebrándose, Seth cayó de la cama.

Jadeó como si hubiera estado asfixiada durante horas antes de finalmente escapar de su captor. Intentar susurrar le dolía: su garganta ardía, incluso el sabor en su boca le recordaba a l...