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Las órdenes del rey.

Después de la ducha, Ryder llevó a Seth de vuelta a la cama, incapaz de contener la brillante sonrisa que le partía la cara en dos.

¿Quién hubiera sabido que ella terminaría en sus brazos, desnuda? Seth mantenía sus brazos alrededor de su cuello, asegurando su posición por si el Alfa la soltaba de ...