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69. SILAS: DE UNA ISLA A LONDRES

Mis ojos se dirigieron hacia Lara, que dormía plácidamente en el asiento del copiloto. Tuvimos que salir antes para estar listos y empacados cuando el cobre viniera a recogernos de la isla. Había reservado un avión privado para llevarnos de vuelta a Londres, donde alquilé un coche. Con todo lo que e...