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Tus emociones - Parte III

Era la segunda vez que lo oía llorar, mi pequeña bestia había sentido la tensión que aumentaba con cada segundo entre sus padres y su pequeño ser no podía tolerarlo. Phobos se apresuró a levantarse para llevarme y sentarme en el asiento opuesto, con sus ojos agudos anclados en su macho llorón. Awan ...