Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 48: La advertencia del Edén

Delia se sentó furiosa en el sofá de su habitación, hirviendo de rabia por las palabras de Basilio.

—Quédate en tu habitación, Delia —le había dicho él, nervioso—. No quiero que mi padre te castigue de nuevo.

Lo dijo, pero ¿era tan tonto como para no darse cuenta de que esto ya era un castigo en sí ...