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Se apagan las luces

—¡Eh, eh, eh, Elodie! —Ava corrió al lado de la mujer que hiperventilaba mientras Reyes la guiaba hacia un banco cercano en la pared para que se sentara—. ¿Puedes intentar respirar hondo y contarnos exactamente qué pasó?

El pecho de la mujer fae se agitaba, jadeando por aire, pero asintió y luchó c...