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Capítulo diez

Bexley

—Me quedé congelada como una idiota —admití, paseando por la habitación con el teléfono pegado a la oreja—. Así que ahora ya sabes todo.

Caz gruñó con irritación.

—¡Ugh, Bexley!

Me estremecí, apartando la imagen de los eventos de anoche a un lado.

—Lo sé —gemí—. Deberías haber vist...