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26.

—¡Angelo! Por favor, ayúdame.

Sus gritos eran distantes mientras él luchaba por encontrarla en la oscuridad. Voces se reían y lo burlaban, pero él solo se enfocaba en Amelia. Algo rozó su cuerpo, parecía un perro, pero no se alejó mucho. Sintió su presencia frente a él.

—Tenemos que encontrarla an...