Read with BonusRead with Bonus

22.

Amelia

No pude evitar mantener una amplia sonrisa en mi rostro mientras mi compañero y yo bailábamos en la sala al ritmo de nuestras canciones favoritas. Era un momento de libertad, nada podía empañarlo, solo estábamos Angelo y yo. Una risa gutural se me escapó cuando él cantó una línea de una canc...