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Capítulo 362 Si no puedo hacerlo, nadie puede

Al regresar a casa, Ken encontró a su esposa intentando convencer a su hijo pequeño para que comiera. Los eventos del día pesaban en su mente, y con una expresión sombría, se acercó a la pareja. En un arrebato de ira, tiró el tazón de la mesa.

"¿Todavía tienes ganas de comer?" acusó, mirando fijame...