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#Chapter 176 — Todos atados

A Delia le gusta demasiado el ardor en su palma cuando abofetea a Joyce en la cara.

Él gruñe, con la cabeza aún girada hacia un lado, su mejilla roja por el impacto. Delia puede ver cómo sus dientes comienzan a alargarse. Dios, cómo quiere destrozarla.

Ella solo sonríe.

—Dinos —dice Emma, con voz...