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109 - Quema, bebé, quema

Los demonios continuaban avanzando solo para que Everly los volteara, les destrozara las caras, les rompiera los huesos y los lanzara por los aires.

Finalmente, se abrió un espacio entre Everly y Sin, quien tenía a Percy en sus brazos y una daga apuntando al pequeño cuerpo de Percy. Everly se detuv...