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La gran gira

—No, cariño. Ya estamos en casa. Estamos a salvo —dijo él, besándola. Ella asintió, acurrucándose más en su abrazo, y luego se quedó dormida.

Bella se despertó. No había sonado ninguna alarma, nadie la había despertado. Se había despertado porque se sentía descansada, y se hundió más en la cama par...