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El amor de una madre

Graham se despertó a la mañana siguiente con un suave golpe en la puerta.

—Alfa —llamó Fred suavemente a través de la puerta.

—Estoy despierto. Gracias, Fred —respondió Graham y miró a Bella. Ella también se estaba despertando, y él sonrió al ver su cabello desordenado.

—Buenos días —dijo él.

—B...