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Capítulo 3 ¡Niño! ¡Niño!

El estómago de Phoebe estaba en un malestar severo. No había comido en todo el día, y lo único que salía era ácido, quemándole la garganta y haciendo que las lágrimas corrieran incontrolablemente por su rostro.

Se agachó junto al basurero, de repente abrumada por la tristeza.

¿Cómo había permitido...