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Capítulo 620 Siempre necesitas a alguien a tu lado

Raymond recibió dos golpes y, al ver que William seguía tosiendo, inmediatamente le dio unas palmaditas en la espalda.

—Cuídate —dijo Raymond.

William se puso rígido, plantó su bastón en el suelo y suspiró:

—Sal, sal.

Había sido enfurecido demasiadas veces esta noche y estaba al borde de desmaya...