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Capítulo 375 Realmente no la presioné. Se cayó sola

Al escuchar el grito, todos subieron corriendo, y los periodistas irrumpieron como una estampida.

Cuando vieron a Marigold tirada en el suelo con sangre goteando de su frente, los flashes de las cámaras eran cegadores.

—¡Mamá! —gritó Alaric, presa del pánico, y corrió hacia ella.

—Stellan, esa pe...