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Capítulo 232 Si no puedes demostrarlo, olvídalo

La mandíbula de Alexander se tensó mientras soltaba a Victoria y se ponía de pie. Entendía la realidad de su situación; ella no podía probar su virginidad. Su mirada cayó sobre la chica esparcida en la cama. En sus ojos inocentes, podía ver la suposición que había hecho sobre él e Isabella.

Una ris...