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Capítulo 335 No llores

Eula tenía un dolor insoportable en la pierna, así que avanzaban a paso de tortuga.

Entraron a la sala y encontraron a la casera atada y con una mordaza en la boca.

Judson sacó una pistola de su abrigo y dijo, con voz helada:

—Eula, ustedes dos escóndanse.

Luego salió en silencio. Eula, aterrori...