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Capítulo 33 Sorprendido por ella

Eula Lowe abrió los ojos y vio que la aguja estaba clavada en su mano.

Se asustó y la soltó. ¿Cómo había terminado en su mano si se suponía que debía inyectar al gato en las nalgas?

¡Dios mío! ¿Qué debía hacer?

Hugo Pitts se quitó la aguja y preguntó:

—¿Qué le diste?

Eula Lowe se puso nerviosa, sus ...