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Capítulo 8 Que tengas un bebé pronto

Frederick continuó, —¡Todavía no estamos divorciados!

Amelia, pequeña y delgada, estaba envuelta firmemente en la chaqueta de su traje, luciendo aún más frágil.

Frederick apretó la chaqueta con fuerza, mirándola con un atisbo de enojo en sus ojos.

Ningún hombre permitiría que su esposa coqueteara ...