Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 234 El asco también debería asquearlos hasta la muerte

Tabitha miró a Ophelia en ese estado, sintiéndose tanto desolada como impotente. —Puedes irte por ahora —despidió a la criada.

La criada se cubrió el rostro y salió, sollozando.

Temblando, Tabitha observó los hombros de Ophelia, donde ya se habían formado costras, y era difícil imaginar cuánto hab...