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Capítulo 64 Furia repentina

Al amanecer, Alexander se encontró confinado a una cama de hospital, su rostro marcado por moretones y su frente envuelta en vendajes. A pesar de su estado físico, su mirada permanecía aguda y clara. A su lado, Félix estaba diligentemente pelando una manzana.

—Señor Mitchell —comenzó—, fue por los ...