Read with BonusRead with Bonus

132. Lo arruinó todo.

Las palabras aún resuenan en mi cabeza mientras me dirijo a mi oficina. Mi corazón late dolorosamente en mi pecho, amenazando con saltar por mi garganta con cada paso que doy.

Mantengo la barbilla en alto, pasando junto a mi secretaria, quien se pone de pie inmediatamente al verme. Aunque no lo hab...