Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 44

El sol atravesando las cortinas en diminutas rebanadas es peor que tener sal en los ojos. La náusea me golpea cuando intento sentarme y mi boca se llena de saliva. Mi celular está junto a la cama y me doy cuenta de que está apagado. ¡Nunca lo apago! Ni siquiera sé qué hora es; podría haber perdido u...