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CAPÍTULO 42

—¡Dios mío, qué vista tan impresionante!

Su corbata cuelga casualmente alrededor de sus hombros, su camisa blanca está abierta en el cuello y su chaqueta ya está tirada en algún lugar.

¿Por qué nunca me di cuenta de lo follable que es mi jefe?

Hipo. Se siente raro en mi garganta y suena tan extraño ...