Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 333

—Dios, lo amo tanto.

Ella se sienta por un momento y yo examino cada una de sus expresiones; un atisbo de sorpresa seguido por una mirada de decepción y luego una sonrisa falsa que lo oculta todo. Su fachada se desmorona solo momentáneamente, y luego vuelve a estar en completo control.

¿Por qué no...