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CAPÍTULO 298

Leila estalla en una risa histérica y cae de lado en la cama, incapaz de controlarse.

—Oh, Dios mío —jadea tratando de recuperar el control—. ¿Quién hubiera pensado que el guapo Carrero se volvería literalmente célibe y se convertiría en una ama de casa? —estalla en otra tanda de risas y le golpeo ...