Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 282

—¡Tu elección, Emma!

—¿No quieres que te cuide? —dice con voz ronca, atónito y más que un poco herido. Levanto la mirada y veo la expresión en su rostro, su mirada de niño perdido, y me duele físicamente; un dolor agudo en el estómago que alimenta mi berrinche.

—¡Quiero que me arranques este maldi...