Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 243

—¿Te gusta, nena? —gruñe en mi oído, sin aliento y caliente. Su voz me afecta tanto como sus manos y tiemblo bajo su poder.

—Uh, mmmmm sí —gimo, igualmente sin aliento mientras me tortura lentamente con sus dedos, su otra mano hábilmente jugueteando con mi pezón. Estoy tan mojada que puedo sentirlo...