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CAPÍTULO 230

—Ustedes dos se ven muy relajados— señala Sylvana, de pie junto a la isla de su cocina haciendo una ensalada cuando entramos. Mi cuerpo se sonroja de una vergüenza mórbida. Jake finge fruncir el ceño y se inclina para susurrarme al oído.

—No hay manera de ocultar lo que has estado haciendo, ¿verdad?...