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CAPÍTULO 119

La oficina es una vista bienvenida. Mi asistente, Rosalie, me saluda calurosamente y me elogia el cabello, mis reflejos naturales y mi bronceado. Ella se entusiasma un poco demasiado con mi apariencia, y me veo obligada a darle una mirada fría para que vuelva a un comportamiento profesional.

Los pr...