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CAPÍTULO 112

—¿Qué demonios le pasa?

Se aleja y vuelve al coche, deteniéndose en el capó y apoyándose en él con los brazos tensos, en una postura hosca y agresiva, inaccesible. Solo lo miro.

—No puedo hacer esto, Emma —espeta, con la mirada fija en el capó del coche bajo y elegante. Por un momento, pienso que...